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iNaturalist: ¿puede el ciudadano ser científico? Un arma de doble filo


La ciencia ciudadana emerge como un recurso clave para la investigación botánica, permitiendo a la población contribuir activamente en el estudio de la biodiversidad. Plataformas como iNaturalist son ejemplos destacados de este fenómeno, con millones de usuarios que registran observaciones de plantas, animales y hongos a escala global. A pesar de los beneficios, los expertos alertan sobre los retos de calidad de datos que afronta la ciencia ciudadana.


Cuando nos encontramos con una planta o animal en el campo, a menudo no sabemos qué especie es; sin embargo, hay un interés generalizado en querer conocer aquello que estamos viendo, ya sea un pequeño insecto, un pájaro o una flor. Estas observaciones, además, pueden tener un valor científico añadido cuando si, por ejemplo, se usan para estudiar dónde crece una planta amenazada o se investiga la migración de las aves o mariposas. Es aquí donde entra en juego la ciencia ciudadana, en la que la población general puede ayudar y participar en actividades que contribuyen a la investigación científica. Uno de los aspectos en que la ciencia ciudadana resulta especialmente útil es que la población, actuando a modo de un “ejército” de científicos no profesionales, es capaz de realizar observaciones en un espacio mucho más grande y durante un período de tiempo mucho más largo del que lo pueden hacer los científicos profesionales de manera individual. Esta participación de la ciencia ciudadana ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años gracias a la aparición de internet y al uso generalizado de teléfonos inteligentes (smartphones), que facilitan la transmisión de información a las personas que se dedican a la investigación.

Una muestra de este crecimiento es el caso de iNaturalist, una herramienta de ciencia ciudadana y red social en línea basada en el registro de observaciones de biodiversidad a través del mundo. En esta plataforma, los usuarios registran sus observaciones de especies de plantas, animales y hongos, subiendo fotografías o audios, y los demás usuarios pueden colaborar en la identificación correcta de la especie o añadiendo comentarios. La plataforma hoy en día cuenta con cerca de 3 millones de usuarios y más de 170 millones de registros que, incluso, han permitido el descubrimiento de especies nuevas para la ciencia, como Gonolobus naturalistae, de la costa este de México, descrito a finales de 2020.

Usuario de iNaturalist realizando una observación.

Uno de los pilares fundamentales de iNaturalist es la interacción entre usuarios, hecho que se evidencia, entre otros ejemplos, en el sistema de validación de las observaciones: cuando un usuario añade una observación, propone una identificación de lo que ha visto y los demás usuarios son los encargados de añadir sus identificaciones y comentarios, ya sea validando la identificación inicial o rechazándola. Una vez dos tercios de las identificaciones concuerdan, la observación se considera validada y se incorpora a Global Biodiversity Information Facility (GBIF), la principal base de datos mundial de biodiversidad ampliamente usada para estudios científicos. No obstante, este incremento en los datos de campo de los científicos no profesionales para proyectos de investigación, frecuentemente, puede ir en detrimento de la calidad de los datos e inducir a errores en los resultados de los estudios que los utilicen. Por este motivo, se han analizado cuáles son los principales aspectos de la plataforma de iNaturalist que repercuten negativamente en la calidad de los datos para la investigación botánica y han explorado varias propuestas al respecto. Este estudio, liderado por Eduard López-Guillén y Jordi López-Pujol del Instituto Botánico de Barcelona (IBB) e Ileana Herrera de la Universidad Espíritu Santo, ha contado con la colaboración de otros investigadores del IBB (tanto vinculados al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, como al Museo de Ciencias Naturales de Barcelona) así como de otros centros de investigación.

Recomendaciones a seguir en la hora de realizar observaciones a iNaturalist: hacer una imagen general de la planta, hacer diversas para mostrar diferentes partes de la planta y otra donde se pueda ver el hábitat donde vivo.

Según este estudio publicado en la revista Diversity, uno de los problemas principales del uso de los datos de ciencia ciudadana para estudios científicos son las deficiencias que presenta el sistema de validación. Al ser una plataforma abierta a todo el mundo, de manera habitual se incorporan a GBIF observaciones bajo un nombre incorrecto, ya que varios usuarios han validado identificaciones erróneas. De acuerdo con los autores, este problema podría evitarse siendo más rigurosos, por ejemplo aumentando el número de validaciones necesarias para incorporar las observaciones a GBIF, o bien dando más valor a validaciones hechas por personas expertas.

“A menudo nos encontramos también con imágenes borrosas o hechas demasiado lejos o demasiado cerca que no nos dejan identificar correctamente la especie de la observación” comenta Eduard López-Guillén. Y es que la calidad de las imágenes, normalmente realizadas con un dispositivo móvil, es uno de los principales motivos por lo que se identifican erróneamente algunas especies. Una posible solución podría ser incluir varias imágenes para cada observación que muestren diferentes partes de la planta, ya que, en botánica, es habitual que haya especies que se distingan las unas de las otras en base a rasgos muy concretos. El uso de referencias de tamaño (reglas o monedas) o de color (paletas de color) incrementarían notablemente la calidad de estas imágenes. “Además, también recomendamos añadir una fotografía del ambiente en el que se ha encontrado la planta con tal de saber si la planta es cultivada o silvestre” indica López-Guillén. Este es un aspecto importante porque el uso de registros de plantas cultivadas puede distorsionar los resultados de algunos estudios, como por ejemplo aquellos para saber dónde pueden crecer determinadas plantas (ya que muchas plantas se cultivan en lugares donde no crecerían de forma natural y sobreviven gracias al riego y a otros tratamientos). Por esta razón, aconsejan notificar si la planta es cultivada a través de una opción que ofrece iNaturalist y que raramente se usa. “Hay otras veces en las que la precisión de las coordenadas es tan baja hasta el punto que, por ejemplo, aparece una planta terrestre creciendo en medio del mar y eso, de nuevo, se traduce en errores importantes si estamos haciendo un estudio sobre las condiciones en las que se puede encontrar una especie” añade el investigador y sigue “lo ideal sería marcar como obligatoria la precisión geográfica de la observación, información que ahora mismo es opcional”.

Ejemplo de imagen tomada desde demasiado lejos.

Por último, el estudio destaca la problemática de las observaciones duplicadas, es decir, la situación que se da cuando se hacen varias observaciones del mismo individuo. “Estas duplicaciones nos pueden hacer creer erróneamente que, por ejemplo, una población de una especie amenazada cuenta con más individuos de los que realmente tiene (ya que todas las observaciones hacen referencia a un mismo individuo)”. Además, esta problemática es mucho más frecuente en plantas que en animales debido a su naturaleza estática.

Como respuesta tanto a esta última problemática como a las demás que puedan producirse, López-Guillén concluye “todo lo que proponemos aquí no dejan de ser meras recomendaciones. No tenemos que olvidar que el principal rol de esta herramienta es acercar la población a la biodiversidad y, por lo tanto, la responsabilidad de filtrar y seleccionar los datos recae, al fin y al cabo, en el personal investigador”.

Visitas al mariposario

Durante la primavera (marzo-junio) las escuelas pueden venir a visitar el mariposario los miércoles por la mañana. Para mayor información contactad con info@ibb.csic.es

Actualidad

Firmado el nuevo convenio del centro mixto con el acuerdo del CSIC y el Consorcio Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.

Nuevo convenio con fecha del 10/11/2023.

Consulta aquí el convenio

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